domingo, 18 de noviembre de 2007

Semanas de emociones fuertes

Han sido dos semanas interesante. Las he pasado con más de un reto al lado, bajo presión psicológica y emocional constante... ¡y me gustó! No ha sido fácil... Reencontrarme con alguien especial para mí el día de su cumpleaños revivió fuegos y sembró voluntades. Midori no ha salido de mi cabeza desde entonces... En realidad, nunca ha salido de mi cabeza incluso estando con otras personas. Mi tío se fue ya de la casa para formar propiamente formar su familia. No tuve la oportunidad de estar ahí cuando él se fue, de despedirlo, de abrazarlo. Desde entonces es como si me hubiera convertido en otra persona. Sé que nunca he sido especialmente efusivo, conversador. Siempre me he envuelto voluntariamente en un manto de misteriosidad, de abstracción, casi de dejadez, pero ahora ver a mi abuela vulnerable me cambió totalmente. Creo que en el fondo me di cuenta que ya no hay otra persona que pueda cuidarla tan bien como lo hacían antes, salvo yo. Esta vez no le puedo dejar la responsabilidad a nadie... Está Mila y está Claudia, pero esta vez no le quiero dejar la responsabilidad a ellas.
Sigo en batalla interna por mi forma de proceder en la universidad. Nada ni nadie me quita de la cabeza que soy mediocre, no por los resultados, sino por mi performance como alumno. Es contradictorio no hacer las tareas, no ir a clases, presentar trabajos habiéndome amanecido y dormido 3 míseras horas. Al final cumplo, pero a un alto precio y lamentablemente eso basta. Hacer las cosas a última hora y salir airoso. Podría argumentar que es una forma de motivación, ponerme al límite, trabajar bajo presión y dar lo mejor de mi, pero sería una mentira
A diferencia de otras veces, no he caído en la desesperación, en el ensimismamiento (o como se diga), en el mal humor... He estado de lo más normal con todo el mundo, tomando mis cafés en Starbucks, fumando mis Capris y dándome mis gustitos para mantenerme satisfecho. No lo niego, tengo muy buenos amigos alrededor mío y me alegro infinitamente por que hayan sido puestos en mi camino. Sin embargo, herí a alguien.

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